En la última década, el sector del petróleo y del gas ha experimentado altibajos sin precedentes, alcanzando su punto álgido en 2022, cuando la guerra en Ucrania puso de manifiesto lo difícil que resulta el proceso de abastecimiento, transporte, almacenamiento y conservación de la energía que alimenta la sociedad y la economía. 

La transición a un mundo con bajas emisiones de carbono hace que las empresas energéticas hagan frente a cambios fundamentales en su modelo de negocio a largo plazo, a los que muchas compañías se están sumando y están desempeñando un papel protagonista a medida que pasamos de las palabras a la acción real. 

El sector minero también es una pieza clave para garantizar el éxito de esta transición, sobre todo en lo que respecta a la extracción de los minerales necesarios para impulsar el cambio.